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domingo, 21 de julio de 2013

"LA HORA", 1935-1951. UN DIARIO POPULAR

Amigos mios, a lo largo de mis muchos recorridos durante este tiempo que he permanecido en la segunda region de mi pais, me he dedicado a recuperar parte de nuestra historia (lo que esta quedando ya), en la forma que se puede, en este caso tomando muchas fotografias de lo que alguna vez sucedio en nuestras tierras, difundiendo todo lo que este a mi alcanze para que mis amigos del sur puedan conocer un poco mas de una parte del pais que para mi zona esta a mucha distancia de que puedan llegar, a la vez siempre me he preocupado de buscar, recolectar cualquier indicio (lo mas minimo) de lo que pueda ser parte de la historia de nuestros antepasados o de nuestra cultura, tomando en cuenta que siempre mantendre mis principios de respeto a algunas costumbres, como por ejemplo muchas veces he encontrado piezas correspondiente a alguna aldea (un jarron en la arena de la Aldea de Tulor, aldea extinta hace mas de 2000 años aca en San Pedro de Atacama) y otras cosas que mi interes es solo fotografiarlas y no alterar la naturaleza, siempre he pensado asi y lo seguire pensando. Esta publicacion se debe a un diario que fue muy leido y reconocido nacionalmente me encontre con este ejemplar del Diario La Hora de 1935, investigue mucho y esta es la historia de este diario con algunos cambios importantes a nivel empresarial de esos años. Espero que sea de su agrado e imteres. El diario La hora, que salió a la luz el 25 de junio de 1935, fue el órgano de expresión del radicalismo, primero en su oposición a la segunda administra ción de Arturo Alessandri y luego en el gobierno, después del triunfo del Frente Popular en 1938. El propósito de este trabajo es develar la trayectoria institucional de la empresa, de manera de permitir una mejor comprensión de su postura política. La propiedad del control accionario de la empresa pasa a ser clave para entender los matices en la posición del diario frente a los distin tos acontecimientos políticos, y en especial frente a los conflictos al interior del Partido Radical y en las relaciones de este con el Presidente. Por otra parte,el estudio de la situación financiera de la sociedad arroja luces sobre las limitaciones que enfrentaba un diario político, aun contando con el apoyo oficial. Los intentos de recapitalización y renovación periodística resultaron infructuo sos, y terminaron con la desaparición de La hora en agosto de 1951, luego de la creación de un nuevo y próspero matutino manejado ya con un criterio comercial. Hay cierta confusión respecto a quienes fueron los organizadores originales del diario La hora. La sociedad anónima Empresa Periodística "La hora" fue constituida por escritura pública de 24 de mayo de 1935 ante el notario Luis Azocar Alvarez. Aunque La hora era una empresa comercial, también era un órgano polí tico que tenía una clara línea opositora de izquierda, y su aparición el 25 de junio causó la predecible molestia del Gobierno. La autoridad retardó la tra mitación del decreto que debía autorizar su existencia legal, y el Ministro de Hacienda Gustavo Ross llamó a su despacho a Federico Helfmann y lo presio nó para que le vendiera sus acciones. En estas circunstancias, se demoró el pago del saldo de los aportes de capital, y Muirhead se quejaba que el diario estaba "sin recursos financieros, colocando a la administración en situaciones difíciles". Por otra parte, sin con tar con personería jurídica, la empresa no podía recurrir a los bancos, y debió operar como sociedad de hecho, con una cuenta corriente a nombre del ge rente. En la noche del 7 de febrero de 1936 el Presidente Alessandri decretó el Estado de Sitio desde la provincia de Aconcagua al sur, por un plazo de tres meses, a raíz de la huelga ferroviaria que afectaba entonces al país. De inme diato se procedió a detener y, en algunos casos, relegar a lugares apartados del territorio nacional a los directores y redactores principales de la prensa de oposición. Se allanaron las oficinas del diario La hora, y se aprehendió a la plana mayor del diario allí presente: Juan de Luigi, jefe de redacción; Darío Poblete, jefe de informaciones; Pedro Montenegro, jefe de prensa, y el jefe de talleres Rodolfo Arancibia, los cuales fueron relegados a Putaendo. Según re cuerda Tito Castillo, sólo se libró Carlos Becerra, que se disfrazó de linotipista en el taller, aunque Ricardo Donoso señala que este también fue relegado.Aníbal Jara, que en ese momento no se encontraba en el diario, se presentó voluntariamente a las autoridades el día lunes 10, con la esperanza de conse guir la libertad de sus compañeros. No lo consiguió, pero se le permitió regre sar a su casa bajo palabra de honor. El día miércoles fue enviado en un automó vil a Los Vilos, acompañado por un agente de la Policía de Investigaciones. La medida era totalmente arbitraria, aunque no tan dramática y terrible como parecía al calor de los acontecimientos, y el propio Jara fue autorizado para volver a Santiago con motivo del funeral de su suegro. Su objetivo preciso era impedir la publicación de La hora, como lo denunciara el propio diario.
Algunos de los problemas de La hora eran comunes a toda la industria pe riodística chilena que estaba pasando por un mal período. Así ocurría con los reclamos salariales de los trabajadores de imprentas, que en el caso de algunos otros diarios habían desembocado en huelgas, y los pliegos de peticiones de los suplementeros. Los periodistas, por su parte, expuestos a los efectos de esta estrechez, buscaban el fortalecimiento gremial a través de la creación del co legio respectivo1. Lo mismo sucedía con el aumento en el costo del papel y otros insumos, frente a lo cual se había logrado que el Ministro de Economía les autorizara a adquirir dólares al cambio oficial para sus importaciones y les otorgara la liberación de algunos gravámenes. Al igual que otras empresas, "La hora" adeudaba las imposiciones a sus trabajadores. La solución era con solidar el total de las deudas con la Caja de Empleados Públicos y Periodistas y obtener una rebaja en el monto de las imposiciones. Respecto a lo primero, había un acuerdo en principio entre las empresas y el Supremo Gobierno, pero faltaba una resolución al respecto. En cuanto a lo segundo, la idea de ambas partes era reducir las cargas sociales y cubrir la diferencia con un impuesto a las apuestas mutuas. En los últimos meses de 1948 el Secretario General de Gobierno y ex director de La hora, Darío Poblete, conversó con Germán Picó Cañas a solici tud de Gabriel González Videla, para pedirle que se hiciera cargo del diario, mediando la compra de las acciones del Partido, con el fin de que pudiera adoptar libremente las medidas necesarias para salvar a la empresa. De este modo se mantendría la línea política del periódico y se evitaría que pasara a manos de la Derecha. La nueva línea del diario fue esbozada en un editorial con motivo de su decimocuarto aniversario. Con el título de "Crear", que había sido el nombre de su primer editorial, se buscaba devolver a La hora el impulso inicial pero ajustado a los nuevos tiempos. "El juego lógico de los acontecimientos -obser vaba- hace que no sea ya el órgano de un partido político". En el mundo de la postguerra. Pese a la renovación editorial del diario, persistía entre el público la per cepción de que La hora seguía siendo el órgano del Partido Radical. Parecía ser que la única solución era sacar otro periódico con un enfoque distinto que terminara por reemplazarlo. Se pensó en un diario de la tarde, para el que se estimaba que había menos competencia. Un problema era el nombre: la idea era que tuviera relación "con la madre que le daba el ser". Se pensó en llamarlo La Segunda de La hora, pero eso lo confundiría con otro vespertino, La Segun da de Las Ultimas Noticias. Se optó, pues, por bautizarlo La Tercera edición de "La hora", pensando en que los suplementeros -o "canillitas" como se les llamaba entonces- lo vocearían como "La Tercera". El vespertino salió a la calle en la tarde del 7 de julio de 1950, con un precio de dos pesos, igual al del matutino. Al presentar esta "edición de la tarde" su editorial declaraba que con ella:
El lunes 21 de agosto de 1950 La Tercera -e! nombre a secas sin referencia a La hora- apareció en la mañana173. El cambio coincidió con la decisión de no continuar con la impresión de Las Noticias Gráficas ante el atraso en los pagos de las cuentas y aprovechar la capacidad ociosa resultante para adelantar la salida del diario propio. La confección de Las Noticias Gráficas constituía por entonces la principal fuente de entradas de la empresa. Sin embargo, su propietario, Antonio Poupin, debía por entonces casi un millón doscientos mil pesos, por el diario y por una revista, Qué pasó, que también había mandado confeccionarLa decisión resultó acertada. El 25 de agosto La Tercera alcanzaba un tiraje récord de cien mil ejemplares vendidos, lo que le valió un premio del Congreso Mundial de Periodistas. Fue el primer gran paso en la recons titución de la empresa. A partir de entonces, los días de La hora estuvieron contados. No era posi ble imprimir dos matutinos a la vez, y la La Tercera, que tenía una gran acogi da entre los lectores, recibía preferencia absoluta en los talleres. Su impresión, "de muchos miles de ejemplares", demandaba aproximadamente cuatro horas, por lo cual La hora salía a la calle con atraso o no aparecía del todo, como sucedió durante todos los domingos de mayo de 1951. Estos mismos atrasos empeoraron aún más la situación financiera del dia rio, y se llegó a considerar su cierre. Frente a esta alternativa, que implicaba el despido de alrededor de un 65 por ciento de su personal, se pensó en transfor marlo en vespertino, lo que permitiría superar los inconvenientes señalados. Una declaración del diario de 31 de mayo de 1951 informaba que: El problema fue planteado en una reunión amplia de la Dirección con todo el personal de esta Empresa, y el resultado fue la resolución de mantener el diario "La hora" cuyo título es de propiedad de esta Empresa desde hace 16 años, como órgano vespertino y en calidad de última edición. Esta "última edición" de La hora se mantuvo hasta el N° 8.519 de 7 de julio de 1951 cuando se interrumpió. El diario reapareció el lunes 13 de agosto como La hora "primera edición" hasta el viernes 31 de ese mes, cuando dejó de ser editada. Su desaparición se producía pocos días antes de la elección presidencial para suceder a González Videla. En forma paralela a la sustitución de La hora por La Tercera, se llevó a cabo la reconstitución de la sociedad. La nueva Empresa Periodística La Hora S.A. que Picó y Jaras habían pesando constituir, no logró concitar el apoyo de los radicales, quizás porque el diario seguía perdiendo dinero y porque las perspec tivas del Partido para las próximas elecciones presidenciales eran sombrías. Los días del diario La hora ya estaban contados. Ni siquiera valía la pena conservarlo como órgano de propaganda para la campaña presidencial que se avecinaba. El diario fenecía en agosto de 1951, anticipándose un poco al tér mino de la "era radical", a cuyo advenimiento y defensa tanto había contri buido. Actualmente La Hora es un periódico chileno de distribución gratuita. Es de propiedad de Copesa, dueña de los diarios La Tercera y La Cuarta y las radios Carolina y Zero. Su director es don Sergio Mataboli. Dado su escasa circulación y bajos resultados comerciales, en 2000 COPESA decide reformar La Hora, transformándolo en un periódico gratuito, siendo su primer número bajo dicho formato el 7 de marzo de 2000. Su distribución se efectuaba en las estaciones del Metro de Santiago, pero desde el 2006, se extiende a otras ciudades, como Antofagasta, Valparaiso y Viña del Mar, Rancagua, Concepción y Talcahuano, Temuco, y Puerto Montt.Tambien lo encontramos en internet, Diario La Hora.cl

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